Argumentación en
la que el profesor Juan de Mairena expone a sus alumnos su opinión sobre la
educación física.
"Siempre he sido enemigo de lo que hoy llamamos,
con expresión tan ambiciosa como absurda, educación física. No hay que educar
físicamente a nadie. Os lo dice un profesor de Gimnasia. Para crear hábitos
saludables, que nos acompañen toda la vida, no hay peor camino que el de la
gimnasia y los deportes que son ejercicios mecanizados, en cierto sentido
abstractos, desintegrados, tanto de la vida animal como de la ciudadana. Aun
suponiendo que estos ejercicios sean saludables -y es mucho suponer-, nunca han
de sernos de gran provecho, porque no es fácil que nos acompañen sino durante
algunos años de nuestra efímera existencia. Si lográsemos, en cambio, despertar
en el niño el amor a la naturaleza, que se deleita en contemplarla, o la
curiosidad por ella, que se empeña en observarla y conocerla, tendríamos más
tarde hombres maduros y ancianos venerables, capaces de atravesar la sierra de
Guadarrama en los días más crudos de invierno, ya por deseo de recrearse en el
espectáculo de los pinos y de los montes, ya movidos por el afán científico de
estudiar la estructura y composición de las piedras o de encontrar una nueva
especie de lagartijas. Todo deporte, en cambio, es trabajo estéril, cuando no juego estúpido. Y
esto se verá más claramente cuando una ola de ñoñez y de americanismo invada a
nuestra vieja Europa".
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